GESTIÓN DEL RIESGO VOLCÁNICO (II): Acciones antes, durante y después de la crisis volcánica

ANTES DE UNA ERUPCIÓN: INVESTIGAR, VIGILAR, PLANIFICAR Y COMUNICAR

Durante los periodos de reposo volcánico, se implementan estrategias de prevención y preparación que son esenciales para aumentar la capacidad y reducir la vulnerabilidad y la exposición de las comunidades que viven en, o cerca de, una zona volcánica activa. Por ello, la gestión del riesgo volcánico antes de una crisis volcánica debe centrarse en varios aspectos clave. Aquí os contamos algunos:

  1. Estudio y vigilancia continua

La naturaleza de los fenómenos eruptivos es muy compleja y, aun disponiendo de una robusta red de vigilancia e información en tiempo real, comprender e interpretar las señales registradas y realizar pronósticos certeros requiere ampliar los conocimientos científicos. Por ello, es necesario el estudio continuo de las zonas volcánicas consideradas activas con el fin de comprender la evolución y estado actual del volcán o sistema volcánico. ¿Qué tipo de erupciones han ocurrido en el pasado? ¿Cuándo y cada cuánto sucedieron? ¿De qué tamaño fueron y qué impacto tuvieron? Son algunas de las preguntas a responder gracias a la investigación en volcanología que requieren de personas expertas en geología, matemáticas, física y química, entre otras. Uno de los resultados de estas investigaciones son los mapas de peligrosidad volcánica, que muestran las zonas que podrían verse afectadas por distintos peligros, como la caída de cenizas o las coladas de lava (Figura 1).

Figura 1. Ejemplo de mapa de probabilidad de inundación por coladas de lava en Isla Decepción (Antártida). Modificado de Bartolini et al. (2014) en Bolós et al. (2024).

Además de entender la evolución del volcán, es necesario definir su nivel de actividad base (por ejemplo, algunos volcanes tienen emisión de gases permanentemente sin que eso sea indicativo de una erupción inminente) y mejorar en la detección e interpretación de señales precursoras previas a la erupción (por ejemplo, deformación del terreno o actividad sísmica). Esto requiere de una apuesta clara por redes de vigilancia integrales, equipadas con sistemas avanzados que, como hemos aprendido en el blog de vigilancia volcánica, permitan evaluar con precisión el estado de la actividad volcánica y su evolución (Figura 2).

Figura 2. Resumen gráfico de las técnicas de vigilancia y monitoreo volcánico principales. Modificado de Bolós et al. (2024).

 2. Ordenamiento territorial, construcción segura y planes de emergencia

Otro aspecto fundamental durante la fase de reposo volcánico es el ordenamiento territorial y la construcción segura. En base a los mapas de peligrosidad volcánica y a los estudios de vulnerabilidad, se delimitan zonas de alto, medio y bajo riesgo, lo que permite planificar el uso del suelo de manera que se reduzcan las exposiciones innecesarias al peligro.

Antes de que ocurra una erupción también es necesario definir los planes de emergencia que detallan cuáles son las acciones a realizar en caso de crisis volcánica, quiénes son las personas responsables, cuáles son las rutas de evacuación, etc. Los planes de emergencia también establecen distintos niveles de alerta volcánica según la actividad del volcán. En volcanología, se suele usar un sistema de colores similar al de un semáforo: el nivel más bajo es verde, el más alto es rojo, y los intermedios son amarillo y naranja. Definir estos niveles y los criterios para cambiar de uno a otro es un proceso complejo que varía según el país o la zona volcánica. En las Islas Canarias, el Plan Especial de Protección Civil y Atención de Emergencias por riesgo volcánico en la Comunidad Autónoma de Canarias (PEVOLCA) sigue este esquema de cuatro colores, conocido como ‘semáforo volcánico‘, con indicaciones sobre la actividad del volcán y las acciones que deben tomar las autoridades (Figura 3).

Figura 3. Semáforo volcánico del Plan Especial de Protección Civil y Atención de Emergencias por riesgo volcánico en la Comunidad Autónoma de Canarias (PEVOLCA) para comunicar el nivel de alerta. Modificado de Bolós et al. (2024).

3. Educación temprana, percepción y formación

Asimismo, la educación y concienciación de la población juegan un papel fundamental en la fase previa a una crisis volcánica. Las comunidades en riesgo deben conocer los peligros a los que están expuestas y estar preparadas para reaccionar de forma correcta si ocurren. Además, deben estar familiarizadas con los protocolos de emergencia, rutas de evacuación y mecanismos de alerta temprana. Por ello, es necesario realizar una importante inversión en formación y materiales educativos para mejorar la educación temprana y la preparación de las comunidades expuestas, reduciendo su vulnerabilidad y fortaleciendo su capacidad de respuesta (Figura 4). También es importante la realización de simulacros para mejorar la velocidad y coordinación de la respuesta de las comunidades y los cuerpos de emergencias y protección civil durante una crisis volcánica.

Figura 4. Ejemplos de material educativo para la mejora de la educación temprana y del conocimiento del entorno de la población. A la izquierda, portada del informe “El riesgo volcánico”, dentro de la colección “Ciencia para las Políticas Públicas” del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (Bolós et al., 2024). En el centro, ejemplo de panel de la iniciativa “Volcanes en movimiento”, destinada a promover el conocimiento de la historia geológica y entorno volcánico de las islas de El Hierro y La Palma (Perez-Torrado et al., 2022). A la derecha, portada del libro desarrollado por la iniciativa “Descubre los volcanes”, donde los Volkis ofrecen un apasionante viaje a través del mundo de los volcanes, sus peligros y beneficios (Schamuells et al., 2022).

DURANTE UNA ERUPCIÓN: MONITORIZAR, EVALUAR Y DECIDIR

Cuando un volcán entra en erupción, la toma de decisiones debe ser rápida y basada en evidencias científicas. Desde el inicio de una erupción volcánica, la monitorización y el seguimiento de la actividad son fundamentales para asesorar a las autoridades responsables de la gestión del fenómeno sobre su evolución y peligros esperables. Es primordial reforzar la red de vigilancia y activar comités científicos que procedan a la evaluación e interpretación de la gran cantidad de datos recogidos por la red de vigilancia. En el caso concreto de las Islas Canarias, este último se denomina Comité Científico de Evaluación y Seguimiento de Fenómenos Volcánicos (CCES) y se constituye en aplicación del PEVOLCA. Este Comité Científico asesora al Órgano Gestor de la Emergencia con la interpretación de las señales registradas por las redes, la evolución de la actividad volcánica y la determinación de los escenarios más probables. Para ello, se basa en los datos recogidos durante la emergencia y los contrasta con la información obtenida en estudios previos realizados en esa zona.

Teniendo en cuenta la información proporcionada por el Comité Científico, los órganos de gobierno y las personas tomadoras de decisiones establecen el nivel de alerta volcánica, gestionan las comunicaciones oficiales y activan las medidas necesarias. En función del nivel de alerta, estas pueden ir desde una simple vigilancia preventiva hasta la orden de evacuación obligatoria de determinadas zonas, dependiendo de la evolución del fenómeno (Figura 5).

Figura 5. a. Infografía distribuida a la población sobre rutas de evacuación en caso de erupción del volcán Popocatépetl (México); Protección Civil de Amecameca (https://amecameca.gob.mx/). b. Ejemplos de señalización para informar a la población de las rutas a seguir y los puntos de encuentro en caso de evacuación por riesgo volcánico en Estrómboli (izquierda) y Vulcano (derecha), Islas Eolias; fotografías de Claudia Prieto-Torrell.

Durante la gestión de una erupción volcánica en curso, la evacuación de la población es una de las decisiones más complejas. Si bien abandonar una zona de riesgo puede salvar vidas, también conlleva desafíos significativos. El desplazamiento masivo de personas puede generar problemas logísticos, dificultades en el suministro de alimentos y servicios médicos, y tensiones económicas en las comunidades afectadas. Además, el desarraigo social, la posible pérdida de viviendas y la interrupción del acceso a medios de subsistencia (por ejemplo, empleo o campos de cultivo) pueden generar resistencia por parte de los habitantes, lo que dificulta las labores de evacuación. A esto se suman factores como la posible falta de confianza en las autoridades, el apego emocional y cultural al territorio, el miedo a saqueos, las dificultades económicas o la percepción de que el riesgo no es inminente. Por ello, es fundamental establecer estrategias de comunicación efectiva para garantizar que la población comprenda el nivel de gravedad de la situación y actúe en consecuencia. La desinformación o el pánico pueden agravar la situación, por lo que los canales oficiales de comunicación deben proporcionar actualizaciones constantes basadas en datos científicos.

DESPUÉS DE UNA ERUPCIÓN: SEGUIMIENTO, ADAPTACIÓN Y RECUPERACIÓN

La crisis volcánica no finaliza cuando acaba la erupción. En muchos casos, hay peligros, como la emisión de gases tóxicos, la inestabilidad del terreno o la presencia de ceniza en grandes cantidades, que pueden prolongarse durante meses o incluso años. La fase posterior a la erupción es, por tanto, un periodo crítico en el que se debe equilibrar la necesidad de regresar a la normalidad con la seguridad de la población (Figura 6).

Figura 6. Ejemplos de recuperación en localidades afectadas por la erupción del 2021 en La Palma. a. Limpieza de cenizas en los tejados de las viviendas de la localidad de Las Manchas, llevada a cabo con equipos de protección individual como cascos, gafas y mascarillas; Unidad Militar de Emergencias (UME). b. Retirada de lava mediante una excavadora en la población de El Paso, como parte de los trabajos para la reapertura de las vías de comunicación afectadas; fotografía de Claudia Prieto-Torrell.

Uno de los primeros pasos en esta etapa es la evaluación del impacto de la erupción. Esto incluye la cuantificación de daños materiales, la afectación del medioambiente y las consecuencias socioeconómicas. En base a esta evaluación, se deben diseñar planes de recuperación que prioricen la reconstrucción de infraestructuras clave, el restablecimiento de servicios básicos y el apoyo a la población desplazada.

La adaptación también es un aspecto fundamental. En algunos casos, puede ser necesario reubicar comunidades enteras si las condiciones del terreno ya no son seguras. Esto implica un esfuerzo coordinado entre gobiernos y la sociedad civil para garantizar una transición justa y efectiva.

La gestión del riesgo volcánico presenta desafíos complejos y requiere la colaboración entre diversas disciplinas científicas, autoridades y la sociedad civil. La clave radica en la prevención, la planificación estratégica y la capacidad de respuesta eficiente para minimizar el impacto de estos fenómenos naturales. A través de la investigación, la educación y la cooperación internacional, es posible reducir significativamente los riesgos asociados a la actividad volcánica y mejorar la resiliencia de las comunidades (es decir, la capacidad de adaptarse, superar y recuperarse rápidamente de situaciones difíciles o de crisis) expuestas.

Referencias

Bartolini, S., Geyer, A., Martí, J., Pedrazzi, D., Aguirre-Díaz, G., 2014. Volcanic hazard on Deception Island (South Shetland Islands, Antarctica). J. Volcanol. Geotherm. Res. 285, 150–168. https://doi.org/10.1016/j.jvolgeores.2014.08.009

Bolós, X., Barde-Cabusson, S., Geyer, A., Sánchez, N., Galindo, I., Fraile-Nuez, E., Vázquez, J.T., 2024. El riesgo volcánico. Editorial CSIC, Ciencias para las Políticas Públicas. http://doi.org/10.20350/DIGITALCSIC/16384

Perez-Torrado, F.J., Rodriguez-Gonzalez, A., Moreno-Medina, C.J., Cabrera, M.C., Carracedo, J.C., Díaz-Rodríguez, S., Fernandez-Turiel, J.L., Criado, C., Aulinas, M., Prieto-Torrell, C., 2022. Volcanes en movimiento: El Hierro y La Palma. DIGITAL.CSIC. https://doi.org/10.20350/digitalCSIC/14494

Schamuells, N., Geyer, A., Aulinas, M., Dorado, O., Hopfenblatt, J., Martí, J., 2022. Descubre los volcanes: Acompaña a los Volkis en su aventura volcánica (v.1.1). Zenodo. https://doi.org/10.5281/zenodo.6320151

Si quieres citar esta entrada del volkiblog:

Prieto-Torrell, C., Geyer, A., Bolós, X., Barde-Cabusson, S., & Schamuells, N. (2025). GESTIÓN DEL RIESGO VOLCÁNICO (II): Acciones antes, durante y después de la crisis volcánica. Zenodo. https://doi.org/10.5281/zenodo.16781001

Textos: Claudia Prieto-Torrell (GEO3BCN-CSIC), Adelina Geyer (GEO3BCN-CSIC), Xavier de Bolós (GEO3BCN-CSIC), Stephanie Barde-Cabusson (GEO3BCN-CSIC)

Ilustraciones: Noah Schamuells (GEO3BCN-CSIC)

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